Genocidio

Genocidio

En una emisión de radio dirigida a la sociedad británica a finales de agosto de 1941, el primer ministro Winston Churchill se refirió a las atrocidades cometidas por la Alemania nazi como “un crimen sin nombre”. Fue el jurista polaco de origen judío, Raphael Lemkin, quien puso nombre a ese horror, acuñando por vez primera la palabra genocidio en su libro El dominio del Eje en la Europa ocupada, publicado en 1944. Según su etimología, este nuevo término se componía de la palabra griega genos –cuyo significado se traduce como raza– y del sufijo latino cide, esto es, matar.

La obra de Lemkin fue antecedente del precepto de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio dictado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 9 de diciembre de 1948. Esta definió genocidio en su artículo II como “cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Lemkin logró que la palabra genocidio se incluyera en el acta de acusación de los Juicios de Núremberg, celebrados entre 1945 y 1946. Años más tarde, en 1994, la ONU creó un tribunal penal internacional como consecuencia de los asesinatos masivos ocurridos durante la Guerra Civil en Ruanda: sesenta y dos personas fueron acusadas de genocidio. Ese tribunal también acusaría a Serbia de haber cometido genocidio en Bosnia y Herzegovina durante la Guerra de los Balcanes, siendo el país finalmente absuelto. También concentraría sus esfuerzos por investigar a los acusados de cometer genocidio durante el Gobierno de los Jemeres Rojos en Camboya (1975-1979), si bien -en todos estos casos- demostrar que ha existido genocidio en base a la definición de la ONU es complicado, tal y como argumentan los juristas.