Testimonio

Testimonio

Para definir el término testimonio, primero tenemos que hablar de testigo. En latín, hay dos palabras que se refieren a testigo: testis y superstes. Testis etimológicamente significa el tercero en un litigio y de ahí procede el actual termino testigo. Superstes significa una persona que ha vivido una experiencia, que la ha experimentado hasta el final y que tiene capacidad de dar testimonio sobre ella. Los supervivientes del terrorismo y los familiares de las víctimas estarían encuadrados en este segundo concepto, en el de superstes. El hecho de que puedan contar el horror de lo vivido lo pone de manifiesto, aunque eso jamás sea suficiente como para transmitir la magnitud de ese horror o para poder hacernos cargo hasta el final de las consecuencias. De hecho, Primo Levi aseguraba que quienes habían vivido hasta el final esas consecuencias del horror nunca podrían dar testimonio sobre ello, él los llamaba “los hundidos”, y quienes sí podrían dar testimonio eran “los sobrevivientes”. Las personas que dan testimonio se convierten en testigos morales. Son personas que tienen la esperanza de que en el futuro quien escuche, quien lea su testimonio, se haga cargo del rechazo al horror que padecieron y que, además, se consiga con este testimonio, que el horror vivido salga a luz de forma definitiva.