Socialización del sufrimiento

Socialización del sufrimiento

A lo largo de sus más de 50 años de historia, ETA empleó distintas estrategias para conseguir sus objetivos. En 1995, el asesinato de quien fuera teniente alcalde del Partido Popular en San Sebastián, Gregorio Ordóñez, inauguró la estrategia conocida como “socialización del sufrimiento”. En este periodo, que duró hasta el final de ETA en 2011, el grupo terrorista comenzó una campaña de asesinatos y amenazas especialmente dirigida a personas y partidos no nacionalistas, con la intención de que el miedo se extendiera a toda la sociedad, fundamentalmente en el País Vasco y en Navarra.

La característica principal de esta estrategia es que, si hasta ese momento ETA se había centrado en atentados contra policías, guardias civiles o militares, ahora ponía el foco en los civiles, sobre todo en políticos, jueces, periodistas, empresarios, intelectuales…

Al mismo tiempo, durante la “socialización del sufrimiento” fue clave la llamada “kale borroka” o “lucha callejera”, que se dedicó a sembrar el miedo y el caos en las calles. Las imágenes de contenedores, autobuses y mobiliario urbano quemados, las pintadas o atentados contra individuos particulares, los panfletos a favor del grupo terrorista en el espacio público, los abucheos y amenazas contra quienes se manifestaran para condenar el terrorismo… se convirtieron en el paisaje habitual de País Vasco y Navarra. La “socialización del sufrimiento”, como su nombre busca reflejar, fue la estrategia utilizada por toda la izquierda nacionalista radical para que el miedo se extendiera a todos los ciudadanos.

Se trató de una campaña sistemática y organizada, llevada a cabo tanto por el denominado aparato militar de ETA, a través de asesinatos de objetivos civiles, como por organizaciones de su entorno, que presionaban a través de la “kale borroka”. De este modo, la organización terrorista logró su objetivo principal, sembrar el miedo, pero en el que también hubo un despertar por parte de la ciudadanía, que comenzó a reaccionar con mayor contundencia y rotundidad contra ETA. Si el objetivo de la “socialización del sufrimiento” era extender la amenaza a todos, algo que consiguió, también paradójicamente tuvo como resultado un aumento de las manifestaciones y reacciones por parte de la sociedad contra el terrorismo.